Liam Gallagher dándolo todo en uno de los banquillos del Etihad Stadium |
Gran Bretaña, cuna del
fútbol. Ellos lo inventaron. Seis equipos (cinco ingleses y uno escocés) han
conseguido alzar el trofeo que denomina como los mejores del continente
europeo. Véase el Liverpool con cinco, Manchester United con tres, Nottigham
Forest con dos, Aston Villa y Chelsea con una al igual que sus vecinos del
norte, los escoceses del Celtic de Glasgow. A la hora de hablar de selecciones
la cosa cambia. Escocia, Gales e Irlanda del Norte a duras penas logran
clasificarse de vez en cuando para un campeonato. Por otro lado, el combinado
inglés no es que esté pasando por uno de sus mejores momentos. Estos últimos ni
siquiera han ganado una Eurocopa (solo en dos ocasiones lograron ser el tercer
mejor equipo del torneo). Eso sí, fueron
campeones del mundo en el 66, en una final contra Alemania federal donde los
ingleses se impusieron 4 – 2. No faltó la polémica, pues a día de hoy no se
sabe con certeza si el tercer gol de los británicos (el 3-2) debió subir al
marcador.
Pero hay algo en lo que
la gente de las islas de la Reina Isabel II gana al resto de países. Bueno, más
que ganar, golea. Da un baño. Nadie como ellos liga a la perfección música y
fútbol. Campos como Anfield Road (con la mítica grada The Kop) o Goodison Park,
en Liverpool; Old Trafford o el viejo Main Road (antiguo campo del City), en
Manchester o el Celtic Park en Glasgow son famosos por no parar de cantar
antes, durante y después del partido (sea cual sea el resultado). Siendo
sinceros, un estadio entero cantando el “You’ll never walk alone” no gana un
partido, pero crea un vínculo grada-jugadores idóneo. Es lo que pasa en el
campo del Liverpool o en el del Celtic.
Centremos ahora en la
ciudad de Manchester una ciudad donde eres “red” o “blue” (igual que en
Liverpool). Podríamos escribir aquí una lista interminable de las grandes
bandas que han salido de esta ciudad. The Stone Roses, Joy Division, Oasis, The
Smiths, por decir algunas. Obviamente esta gente no es ajena al fútbol por eso
Ian Brown (Stone Roses) o Morrissey (The Smiths) se decantan por el ManU,
mientras que los hermanos Gallagher son fervientes seguidores del City como lo
era el fallecido Ian Curtis (Joy Division).
La devoción de estos
músicos por sus clubs (y viceversa) es enorme. Liam Gallagher, por ejemplo, con
su nueva banda, Beady Eye, no dudo en ponerse la camiseta celeste y cantar el
himno de su equipo para un spot de una conocida marca de ropa. La reciprocidad
equipo-música es más que patente cuando la afición del United toma prestada una
canción de The Stone Roses (“This is the one”) para hacerla himno y cantarla
antes de los partidos.
Cantar el himno del
equipo de toda tu vida. Que la grada haga himno de fútbol una de tus canciones.
¡Qué honor!
Como anécdota, recuerdo
la jornada del sábado del Festival Internacional de Benicassim del pasado
verano. Noel Gallagher, la mitad de Oasis, tocaba con su nueva banda en el
escenario Maravillas. Acto seguido haría lo propio The Stone Roses. Este
festival musical es conocido por la gran presencia de público inglés. Entre los
asistentes a los conciertos se encontraban miles de personas, muchos de ellos con
la elástica celeste del City mientras que otros tantos lo hicieron con la roja
del United. Esto ya no se trataba solo de música. Se convirtió en un duelo
futbolístico-musical. No se oyó el “Blue moon”, sí que lo hizo y con fuerza el
“This is the one”.
Manchester United vs
Manchester City, un duelo más que futbolístico. Ambas hinchadas consiguen a
través de la música una conexión magistral para animar a sus equipos y crear el
mejor ambiente para un partido. Música y fútbol inglés: la perfecta comunión.
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