sábado, 13 de abril de 2013

Perfecta comunión

Liam Gallagher dándolo todo en uno de los banquillos del Etihad Stadium



Gran Bretaña, cuna del fútbol. Ellos lo inventaron. Seis equipos (cinco ingleses y uno escocés) han conseguido alzar el trofeo que denomina como los mejores del continente europeo. Véase el Liverpool con cinco, Manchester United con tres, Nottigham Forest con dos, Aston Villa y Chelsea con una al igual que sus vecinos del norte, los escoceses del Celtic de Glasgow. A la hora de hablar de selecciones la cosa cambia. Escocia, Gales e Irlanda del Norte a duras penas logran clasificarse de vez en cuando para un campeonato. Por otro lado, el combinado inglés no es que esté pasando por uno de sus mejores momentos. Estos últimos ni siquiera han ganado una Eurocopa (solo en dos ocasiones lograron ser el tercer mejor equipo del torneo).  Eso sí, fueron campeones del mundo en el 66, en una final contra Alemania federal donde los ingleses se impusieron 4 – 2. No faltó la polémica, pues a día de hoy no se sabe con certeza si el tercer gol de los británicos (el 3-2) debió subir al marcador.

Pero hay algo en lo que la gente de las islas de la Reina Isabel II gana al resto de países. Bueno, más que ganar, golea. Da un baño. Nadie como ellos liga a la perfección música y fútbol. Campos como Anfield Road (con la mítica grada The Kop) o Goodison Park, en Liverpool; Old Trafford o el viejo Main Road (antiguo campo del City), en Manchester o el Celtic Park en Glasgow son famosos por no parar de cantar antes, durante y después del partido (sea cual sea el resultado). Siendo sinceros, un estadio entero cantando el “You’ll never walk alone” no gana un partido, pero crea un vínculo grada-jugadores idóneo. Es lo que pasa en el campo del Liverpool o en el del Celtic.

Centremos ahora en la ciudad de Manchester una ciudad donde eres “red” o “blue” (igual que en Liverpool). Podríamos escribir aquí una lista interminable de las grandes bandas que han salido de esta ciudad. The Stone Roses, Joy Division, Oasis, The Smiths, por decir algunas. Obviamente esta gente no es ajena al fútbol por eso Ian Brown (Stone Roses) o Morrissey (The Smiths) se decantan por el ManU, mientras que los hermanos Gallagher son fervientes seguidores del City como lo era el fallecido Ian Curtis (Joy Division).

La devoción de estos músicos por sus clubs (y viceversa) es enorme. Liam Gallagher, por ejemplo, con su nueva banda, Beady Eye, no dudo en ponerse la camiseta celeste y cantar el himno de su equipo para un spot de una conocida marca de ropa. La reciprocidad equipo-música es más que patente cuando la afición del United toma prestada una canción de The Stone Roses (“This is the one”) para hacerla himno y cantarla antes de los partidos.



Cantar el himno del equipo de toda tu vida. Que la grada haga himno de fútbol una de tus canciones. ¡Qué honor!

Como anécdota, recuerdo la jornada del sábado del Festival Internacional de Benicassim del pasado verano. Noel Gallagher, la mitad de Oasis, tocaba con su nueva banda en el escenario Maravillas. Acto seguido haría lo propio The Stone Roses. Este festival musical es conocido por la gran presencia de público inglés. Entre los asistentes a los conciertos se encontraban miles de personas, muchos de ellos con la elástica celeste del City mientras que otros tantos lo hicieron con la roja del United. Esto ya no se trataba solo de música. Se convirtió en un duelo futbolístico-musical. No se oyó el “Blue moon”, sí que lo hizo y con fuerza el “This is the one”.

Manchester United vs Manchester City, un duelo más que futbolístico. Ambas hinchadas consiguen a través de la música una conexión magistral para animar a sus equipos y crear el mejor ambiente para un partido. Música y fútbol inglés: la perfecta comunión.



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