José Mourinho dejará de
entrenar al Real Madrid el 2 de junio. Su marcha se me antoja como cuando, tras
fuertes discusiones continuadas, sabes que tu novia te puede dejar en cualquier
momento: te haces a la idea que puede pasar pero hasta que no llega el momento
no te das cuenta de la magnitud de la pérdida. Esperemos que el madridismo no
le eche de menos. De lo contrario, mal asunto.
El portugués pasará a
la historia por revolucionar un club histórico que venía de ser vilipendiado en
Europa y en su propio país. Y lo que es más difícil, tuvo que lidiar con un
duro hueso de roer: el Barça de Pep. El de Setúbal se va dejando al equipo en
una posición mejor de la que lo encontró. En Europa es Top 4 pese a que en su
llegada no era ni cabeza de serie. Ahora está abonado a las semifinales. En la
Copa del Rey el equipo no cae frente a equipos de Segunda B, sino que gana el
título o lo lucha hasta el último suspiro. Por otro lado, para la posteridad
quedan ya los números y el trofeo de La Liga 11/12.
Con gran "rock and
roll attitude", el portugués se plantaba delante de una avalancha de
periodistas dispuestos a no preguntar por nada que tuviese que ver con su
trabajo. Siempre apático, desganado, sentado en esa silla respondiendo casi
obligado a lo que sea que le pregunten. En ocasiones solo le faltaban unas
Ray-Ban Wayfarer, procrastinar con cualquier cosa que tuviese a mano (un boli,
por ejemplo) y mecerse con la silla para parecerse a Bob Dylan en alguna de sus
ruedas de prensa en el 66.
Es claro. Honesto, pues
dice lo que piensa. No se calla nada. ¿Por qué mentir? ¿Para quedar bien? Algo
tan sencillo como esto ha sido lo que más ampollas ha levantado. España no ha
estado preparada para él. Ni él para España. Ha sido insultado hasta la
saciedad e incluso su familia ha sido perseguida. Pero el "nazi
portugués", como fue llamado por un periodista del grupo PRISA, se sabe de
memoria "El arte de la guerra", de Sun Tzu: "Si utilizas al
enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde
vayas". Know your enemy, Zach de la Rocha dixit.
La final de la Copa del
Rey 10/11 siempre estará entre los mejores recuerdos que tendré de este Madrid
que ahora muere. Aquello fue una lucha, una revuelta, trifulca, reyerta y
pelea. Eso sí, de color blanco impoluto siempre manchado con alguna gota de
sangre. Pensé venceríamos aquel todopoderoso Barça que ganaría Champions y
Liga. Aquella copa supo a gloria. Para ser sincero la Copa del Rey, como cualquier
otro título, jamás debe dejar de ganar pero carece de importancia si se la
ganas a Betis o Getafe (con todos mis respetos). Sin embargo, si se la ganas al
eterno rival el evento se torna en algo parecido a un disturbio blanco aka
"White Riot", que cantaban The Clash.
Para la historia queda
ya la imagen de un solitario Mourinho plantado en el césped del Bernabeu
oteando al horizonte esperando a ser juzgado por el público minutos antes de un
Madrid-Atleti. Estampa que ya pintó, premonitoriamente, el alemán Caspar David
Friedrich en el siglo XIX. Caminante ante un mar de niebla, lo tituló.
El fútbol tiene un
nuevo icono pop, como lo fuese George Best (el quinto Beatle). Azote de lo
políticamente correcto. Némesis del cuarto árbitro. Genio de la táctica.
Enfermo del fútbol. Mourinho es más que un entrenador. Siempre fiel a sí mismo
en todo momento. Con pose rock and roll y gestos punk. ¿Y la forma en la que se
mueve por la banda y área técnica? No digáis que no os recuerda al mismísimo
Mick Jagger recorriéndose el escenario de un lado a otro con el dedo en alto.
Incluso una vez puso morritos al banquillo culé.
José Mário dos Santos
Mourinho Félix, el hombre que luchó contra la ley. Entendiendo "ley"
como ese madridismo antiguo, de olor a naftalina y apolillado que anda más
preocupado en la forma que en el contenido.
Algunas de sus frases:
-"¿Tú eres Interista o Milanista?" -Mourinho: "Yo soy mourinhista".
"No soy yo el provocador, es el mundo el que es
un hipócrita"
"Me gusta pensar
como pienso, me gusta que la gente que está conmigo piense exactamente igual.
Que somos fuertes, que tenemos las calidades, que somos los mejores, que nadie
nos puede ganar. Es mi filosofía".