Para empezar diré que esta no es la historia de un grupo de música. Esta es la historia de cómo una banda cambió una ciudad de arriba abajo.
Manchester ya no era nada. No quedaba rastro de lo que un día fue. De ser la ciudad más prospera del mundo, que “inventara” la Revolución Industrial, pasó a ser una mancha en el mapa. Sucia, mugrienta, vieja, sin luz, fabricas por todos lados, un mar de casas idénticas se alzaba por toda la ciudad. Oscura era la palabra que mejor la definía. Una ciudad sin vida.
Por otro lado, en la ciudad había un índice de delincuencia altísimo y cada vez más jóvenes fascistas, ¡en una ciudad obrera! De locos…
Todo comenzó en una presentación de los Sex Pistols en el Manchester Lesser Free Trade Hall, el 20 de julio de 1976. Después de ese concierto nada volvería a ser igual. Peter Hook y Bernard Sumner decidieron montar un grupo. Los inicios nunca son fáciles, esta vez no iba a ser una excepción. El grupo, inspirado por la corriente musical que se estaba gestando en ese momento (el punk), comenzó a hacer un tipo de música que poco a poco iría moldeándose creando algo a su antojo.
Fue a comienzos del año 1978 cuando el grupo dejó de llamarse Warsaw (en homenaje a la canción de David Bowie y Brian Eno, “Warszawa”) y pasó a llamarse, como todos lo conocen, Joy Division, el nombre que recibía el grupo de esclavas sexuales que tenían los nazis en los campos de concentración.
Su primer Ep, An Ideal for Living (1978) no logró captar la atención de mucha gente, pero si la de Tony Wilson, un joven presentador de una televisión de Manchester (Granada Tv). Gracias a Wilson pudieron grabar su primer largo, Unknown Pleasures (1979), un disco tan oscuro que ni siquiera gustó entre algunos miembros de la banda.
Después de varios conciertos (incluso hicieron una pequeña gira por Europa), algunos en televisiones, porque aparte de varios conciertos que dieron para Granada Tv, también concedieron algunos para la BBC, empezó a ser conocida la forma de bailar de Curtis. Se movía como nunca antes lo había hecho alguien en un escenario. De pronto, Ian se quedaba mirando a la nada y, como hipnotizado por la música, por su propia música, empezaba a agitar todo el cuerpo. De esta forma, lograba hipnotizar a todos, se apoderaba de ellos. Ahora él tenía sus almas.
Curtis era epiléptico, lo que le costó más de un disgusto. Además, las cosas por casa no estaban bien. De cualquier forma, en 1980 llegó Closer, el segundo Lp de la banda de la mano, una vez más, de la compañía discográfica de Tony Wilson, Factory Records. Pero Ian no estaba bien, el divorcio con su mujer Deborah y la enfermedad que cada vez le afectaba más, acabaron con él. Un 18 de mayo, tras ver Stroszek, 1977, del director alemán Werner Herzog, que narra la vida de un artista atormentado que al final se suicida, Ian decidió quitarse la vida ahorcándose en la cocina de su casa. En el tocadiscos estaba The Idiot de Iggy Pop.
Muerto Ian, comenzó el mito. Lo que empezó la banda en Manchester fue muy grande. Colocó a la ciudad en el mapa musical del país, convirtiéndola en un referente, no solo Inglaterra, sino del mundo. Joy Division sentó cátedra en un nuevo género musical como lo fue el post-punk. Su sonido lo vemos hoy en cientos de grupos como Bloc Party, Interpol, Editors, White Lies y un largo etc. De pronto aparecieron muchísimos grupos en Manchester, gracias en gran parte a la labor de Tony Wilson y su local The Haçienda. Stone Roses, Happy Mondays, The Charlatans, James… ¡Es el sonido Madchester!
Pero cómo olvidarse de New Order. Tras la muerte de Ian, Peter, Berny y Stephen formaron una nueva banda que poco tenía que ver con el estilo musical de Joy Division. Ian un día llegó con algunos álbumes de Kraftwerk diciendo al grupo: “Escuchad esto, es algo nuevo, algo fantástico”. A partir de ese momento, los alemanes se convirtieron en su grupo fetiche siendo New Order un grupo muy influenciado por ellos.
Esta es la historia de cómo Manchester floreció.