jueves, 24 de febrero de 2011

Ya no hay niños con el pelo a tazón

Gomina, yo te maldigo. Lastre estético de la sociedad en la cual vivimos. Yo mismo fui esclavo de ella (por suerte, durante un poco tiempo). Pelos grasientos, en punta, con tintes horribles abundan la geografía española. Eso ya estaba inventado, sino que se lo digan a Sid Vicious.

De hecho, esto es otra muestra más de cómo algo reivindicativo, algo con lo que romper lo establecido acaba convirtiéndose en algo habitual convirtiéndose en una simple moda, anulando así su poder revolucionario (véase el caso de las crestas)

Cada vez hay menos gente con el pelo largo. Ni el que escribe se libra (cuyo pelo es del tipo “larguillo”, como se conoce vulgarmente).

Parecerá una rayada mía, pero que va. Es otra forma de alinearnos. Quieren que vistamos igual, tengamos el mismo pelo, tengamos el mismo estilo de vida al fin y al cabo. Dentro de (esperemos) muchos años pasará esto. Si! Es una mierda, está claro. Yo al menos mantengo la esperanza y no llegar a ser tan gilipollas como el resto de personas.